Molletes de pan de calabaza
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4 (55)Preparación
60 minDificultad
MediaDescripción
Hacer pan es una de las cosas que más nos relajan en la cocina. El proceso de amasado nos ayuda a desconectar y nos transmite paz y concentración. Además hornear tu propio pan en casa también te ayudará a seleccionar únicamente los ingredientes más saludables para ti, si por ejemplo eres celíaco es un gran beneficio.
También te ayudará a reforzar las relaciones personales, ya que tus excedentes de pan serán un gran regalo para amigos y vecinos. ¿Te han entrado ganas de ponerte manos a la masa? Pues aquí te dejamos una receta muy fácil para preparar molletes de pan de calabaza.
Ingredientes
Raciones para 5
Preparación
Primero, disuelve la levadura en los 50gr de agua y deja reposar unos minutos hasta que se forme una espuma en la superficie. Disuelve los 75gr de agua con los 25 de maicena y reserva.
En un bol, mezcla las harinas, el azúcar, la sal, y las especias.
Una vez reposada la levadura, mezcla todos los líquidos añadiendo el aceite y el puré de calabaza.
En el bol de la amasadora dispón los ingredientes secos y húmedos y amasa a velocidad media durante 10 minutos y a velocidad alta los últimos 5. Debes conseguir una masa integrada, suave y elástica.
Forma una bola con la masa y deja reposar dentro de un bol amplio y engrasado en un lugar cálido durante una hora aproximadamente o hasta que haya duplicado su volumen. Tapa con papel film para que no se seque la parte superior de la masa.
Una vez haya aumentado el volúmen, da forma al pan. Puedes hacer bollitos cogiendo 90gr de masa y dándoles forma redonda o hacer hogazas alargadas poniéndolas en un molde rectangular. Deja reposar la masa 45 minutos más antes de hornearlos.
Hornea el pan a 190oC durante 30 minutos.
Puedes congelar este pan previamente cortado para tenerlo disponible en cualquier momento. Unos minutos en la tostadora y lo tendrás listo. También puedes añadir unas semillas de calabaza a la masa para darle un puntito crujiente.
Usa este pan tanto para tostadas dulces como bocadillos salados. Las especias y el dulzor de la calabaza junto el toque ahumado de la sal le dan un punto muy interesante para cualquier tipo de elaboración.
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