Si quieres convertirte en un alumno avanzado del emplatado, echa un vistazo a esta guía básica que hemos elaborado para empezar a dar tus primeros pasos. Vas a convertir tus recetas en una pequeña obra de arte y además descubrirás pequeños trucos para hacerlas aún más atractivas con tan sólo unos consejos de emplatado a los que sacarás mucho provecho en estos días de reuniones familiares y de amigos.
Cómo emplatar bien
Existen una serie de aspectos básicos que todo devoto del emplatado debe conocer y manejar para crear preparaciones únicas. Hay 4 elementos que siempre deben estar presentes en tu trabajo. Y no nos referimos a que tires tu vajilla entera y compres platos cuadrados: lo creas o no, hay otras formas más sencillas.
Búsqueda del equilibrio
Uno de los secretos del emplatado es conseguir la armonía entre sabor, color y composición. Escoger los ingredientes de manera que resulten complementarios y no se pisen; buscar colores que aporten al conjunto sin estropear el sabor, disponer los tamaños adecuados según la vajilla escogida… Son muchos los aspectos a tener en cuenta. En cualquier caso, el resultado final que presentes debe ser agradable para todos los sentidos, sin que nada falte ni sobre.
Uso de herramientas de trabajo
Igual que para cocinar necesitas electrodomésticos y tus fogones, para emplatar no pueden faltarte las herramientas de trabajo. Esponjas, moldes, plantillas, biberones, brochas, mangas, cucharas estilográficas, etc. En el mercado hay una enorme cantidad de recursos que puedes emplear para dar a tu plato ese toque vanguardista en la decoración. Si quieres que tus emplatados sean originales, puede que estos útiles te faciliten mucho la tarea a la hora de impresionar a tus comensales.
Punto de fuga definido
Debes dejar claro en tu plato hacia dónde quieres que se dirija la atención. Aquel ingrediente que merezca más interés debe estar claramente diferenciado. Puedes utilizar el resto de elementos para crear una composición en la que la mirada se enfoque en aquello que quieres resaltar a través de distribuciones en zigzag, curvas o diagonales, por ejemplo.
Presencia de volumen
Para dar carácter a tu creación, coloca los ingredientes a distintas alturas ayudándote de unas pinzas. Dando volumen a la preparación evitarás que tu plato quede plano y que resulte poco original.
Qué no hacer a la hora de emplatar
Muchas veces, tener claro que es lo que no debes hacer te ayuda más que unas pautas concretas a seguir. Aquí va una lista con los errores que no debes cometer a la hora de emplatar.
Poca limpieza en el plato
Un plato sucio o que denote poco interés en la presentación arruinará por completo tu trabajo. Para quitar todo resto de grasa puedes pasar un trapo húmedo en alcohol blanco (como el vodka), o simplemente retirar los restos de goteos con un papel de cocina.
A la hora de emplatar, utiliza pinzas y procura no dejar huellas dactilares en el plato. Los platos de pizarra son especialmente delicados en este sentido. Antes de empezar a manipularlos, aplica por la superficie con ayuda de papel absorbente un poco de aceite. Así parecerá que tiene brillo y que está perfectamente limpio.
Plato lleno
Nunca sobrecargues el plato con demasiados ingredientes y elementos, esto no es una boda de la década de los 80. Siempre es preferible que la decoración tienda a lo minimalista y perfeccionado antes que a lo exagerado y caótico. Si quieren repetir, te lo harán saber.
Cantidad de salsa a tu gusto
Ten en cuenta que tus comensales no tienen por qué coincidir contigo en lo que a cantidad de salsa se refiere. Para no quedarte corto o excederte, te recomendamos que dispongas una salsera en la mesa para que cada uno se sirva lo que considere.
Esto no se come
Cuántas veces habrás visto un plato de estética moderna y te habrás preguntado si se come todo. Pues si se trata de un buen plato, la respuesta siempre será “sí, se come todo”.
Los buenos cocineros saben que todo elemento que se coloque sobre el plato debe ser comestible. De lo contrario, es mejor prescindir de él. Es cierto que aporta estética, pero lo hace en detrimento del propio sabor. El objetivo de tus invitados es comer, y ese es el requisito que debes cumplir ante todo. Si has colocado en el plato algún elemento decorativo no comestible y tus comensales ya lo han consumido, obsérvales detenidamente por si se evidencia algún cambio de color o tic facial que antes no estaba. A fin de cuentas si no les ha sentado mal ¡para qué entrar en detalles! Bromas aparte, trata de hacer su experiencia lo más cómoda posible delante de tus platos.
Y aunque creas que una rodaja de limón o un ramillete de perejil pueden quedar muy bien en el plato, si no están en la receta o no aportan sabor, no deberían estar ahí. Ante todo prima el sentido y coherencia de tu plato.
La importancia de saber emplatar
Siempre se ha dicho que la comida entra por los ojos. De su presentación depende que tus invitados coman más, menos o que directamente ni prueben el plato.
Unos alimentos bien integrados visualmente potencian la experiencia gastronómica de manera inmediata. Un plato con buena presentación hace que los comensales tengan una mayor predisposición positiva hacia tu trabajo.
Es una manera de estimular su percepción de la experiencia, que acabarán recordando como algo agradable y que merece la pena repetir. Además, harás más evidente el esfuerzo que has hecho durante tu trabajo, algo que sin duda agradecerán y pondrán en valor. Con un poco de suerte hasta suben fotos a redes sociales y quedas como el anfitrión del año.
Para ser un aventajado del emplatado solo necesitarás paciencia, mucha práctica y, sobre todo, ganas de mejorar. Puedes encontrar muchas ideas en nuestro blog con recetas de toda clase para experimentar e ir conformando tu propio estilo.